Manifiesto
Siento la energía y la transformación de los elementos en mis manos, la erosión y el tiempo que les han dado forma, el calor del fuego que les da vida, la humedad de la tierra que les da cuerpo…
Es mi voluntad respetar y honrar estas energías.
Crear cerámica con alma es una forma de conectar conmigo mismo, con la naturaleza y más allá. Todos ellos siendo realmente Uno.
Para mí, crear cerámica es una práctica espiritual.
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Un Diálogo con el Fuego
El Fuego, por su naturaleza creadora y destructora, da y quita.
Pero cuando da, si tienes su favor, no te dará lo que quieres, te dará algo mucho mejor, te dará lo que necesitas.
Su poder transformador y su imprevisibilidad me enseñan a seguir evolucionando como humano y como artista.
El Fuego me enseña sobre la paciencia, la aceptación, la imperfección, la humildad, a no tener expectativas y aprender a apreciar lo inesperado.
Es él, finalmente, quien decide qué aspecto tendrán las piezas o si merecen sobrevivir.
Es por eso que elijo trabajar con un horno de fuego, por esta relación tan íntima y directa con la magia primaria de las llamas y por hacer la naturaleza parte activa de mi proceso creativo.